Os comparto a continuación el siguiente artículo referido a un mismo
fenómeno que a veces se identifica con la vida útil de un producto, y a
veces se le denomina obsolescencia programada.
En
general, construir algo para que dure mucho cuesta más que construir
algo para que dure poco. Ejemplos tenemos muchos, desde el cuento de los
tres cerditos, hasta lo que podemos ver en los efectos de un ciclón
tropical. Las viviendas en general mejor construidas, son las que mejor
aguantan los efectos adversos del clima.
La cuestión
es, si la duración de un producto va a estar relacionada con las
características con las que ha sido construido, y en general, construir
algo con mejores propiedades resulta más caro, al fijar la vida útil del
producto, estamos fijando también su precio. Y viceversa. Dicho de otra
manera, en general, y a igualdad de métodos de fabricación, un producto
más barato tenderá a durar menos que uno caro.
Normalmente,
en el ámbito industrial, cuando hablamos de calidad lo asociamos a
cumplir espectativas del cliente. Es decir, igual que nadie espera que
un bolígrafo barato nos dure 50 años, o que por ejemplo los materiales
con los que se fabrique tengan que durar más de lo que tarda en agotarse
su tinta, sin embargo por ejemplo, un reloj de oro si que debe durar
ese tiempo, o incluso más. Y a pesar de eso, ni un boligrafo barato es
una mala compra, ni todos los relojes tienen que ser de oro. Se trata
sin más de productos diferentes, con espectativas diferentes.
Por
lo tanto, vemos que se eligen métodos de fabricacion, y propiedades de
materiales según la vida útil y precio esperados por ese producto.
Un
aspecto interesante que aparece asociado al diseño de la vida útil de
un producto es el de la obsolescencia. Imaginemos por ejemplo un coche
de hace 60 años. Dejando a un lado a los coleccionistas, ¿tendría
sentido que hubiese sido construido a un precio tal que permitiera que
60 años después siguiera en su vida útil? Probablemente hoy en día sería
incómodo, inseguro, no cumpliría la legislación ambiental, etc. Por lo
tanto el sobreprecio para que durara 60 años no estaría justificado, y
si con 20 años de vida se da de baja, no se justificaría el haber
utilizado recursos para que durara 40 años más que no se han
aprovechado. Otro ejemplo más claro se produce con los ordenadores. ¿Los
ordenadores de hace 20 años se deberían haber construido para durar
hasta ahora, cuando sus características no permitirían realizar las
tareas que actualmente hacemos con ellos?
En el
caso de los ordenadores se ha producido un caso algo diferente de todas
formas, que si que podría entrar en la obsolescencia si no programada,
si inducida. Los fabricantes de software y de hardware de ordenadores
promovían su relación comercial (son los fabricantes los que compran la
mayoría de licencias de S.O. para los ordenadores que venden, son sus
clientes realmente), de forma que los Sistemas Operativos eran cada vez
más pesados, y necesitaban mejores equipos, y unos fomentaban la
actividad de los otros. Y esto sucedía hasta hace relativamente poco
tiempo.
Os dejo el enlace a continuación, que comienza
con una pregunta tan interesante y casi provocadora como si tiene
sentido construir una calzada romana de forma que dure 2.000 años. ¿Se
justifica económicamente construir algo que dure más, que el uso que se
le vaya a dar?
http://cienciadebolsillo.com/transportes/construidos-para-durar-o-no/gmx-niv39-con338.htm
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