miércoles, 9 de enero de 2013

Sobre medios, viralidad, y responsabilidad

Leía hace unos días un artículo en un blog, que tras un par de clics me llevaba a otro artículo que ahora os aprovecho para compartir. 

Internet es un medio nuevo, y como tal, tiene sus particularidades, con sus ventajas y sus inconvenientes. Los medios tradicionales, prensa escrita, radio y televisión, son principalmente unidireccionales, es decir, desde el medio profesional las noticias se redactan, editan y emiten, y la gente las lee, escucha, o ve. La información fluye de la fuente, al receptor. Además, el formato de noticias de esos medios, se suele estructurar en un titular, y luego una descripción ligera de la noticia. Es la prensa escrita la que permite desarrollar más estas noticias, pero siempre en un formato limitado.

Estos son los medios tradicionales que todos conocemos. Pero en internet, varía todo. En primer lugar, y como ya hemos comentado, cualquier persona produce y consume información, apareciendo el término prosumer, o prosumidor en español, en referencia a esa dualidad. Por otra parte, en internet, y gracias al enlace o hipervínculo, es posible enriquecer los textos de forma que se puedan documentar, o ampliar algún concepto o detalle que sea necesario. 

Toda esta introducción viene al caso para centrar el asunto del que trata el artículo que os comparto. En internet es fácil que cualquier persona cree un mensaje, y es fácil que si la gente está de acuerdo, lo comparta, con lo que aparecen los contenidos virales, que inundan la red.

Pero con demasiada frecuencia, esos contenidos, sean de la tendencia que sean, o vayan en la línea que vayan, no se encuentran documentados, sino que se quedan en titulares simples, realizados para ser compartidos de forma viral, pero sin que lo que se afirma se encuentre justificado para que cualquiera que lo reciba pueda saber si es cierto o no.

Probablemente hagan uso de un mecanismo psicológico por el cual si algo creemos que puede ser cierto, y refuerza una idea previa que podamos tener, le damos credibilidad directamente. Y todo esto potenciado porque en internet ese contenido viral nos lo ha enviado un contacto, con el que podemos tener afinidades y no un desconocido de un lejano medio de comunicación. 


Os dejo sin más con el enlace:

http://www.error500.net/no-creas-nada-que-no-venga-con-los-enlaces-a-las-fuentes-para-poder-contrastarlo/

Un par de conclusiones al artículo, a un contenido por internet hay que exigirle fuentes, si no las lleva, como dice el texto, cuarentena. Si nos interesa el contenido nos documentamos, y si no nos interesa lo dejamos ahí de lado. 

Otra conclusión, la ventaja de la aparición del fenómeno de los curadores, que son aquellos recopiladores de información que podemos seguir en un ámbito determinado. En un momento en que la información se encuentra dispersa, los curadores se acercan al papel de recopilación que tradicionalmente hacían los medios. Probablemente les dediquemos una próxima entrada para desarrollar su potencial.

En resumen, en un medio en el que tenemos los conocimientos a pocos clics de distancia, deberíamos ser más críticos con lo que leemos, y si no se acompaña de fuentes, revisar su veracidad antes de compartirlo y contribuir a que sea viral. Por responsabilidad.

¿Cómo lo veis?

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