martes, 19 de marzo de 2013

Sobre eficiencia energética doméstica

Siguiendo con la presentación de conceptos relacionados con la tecnología, aprovechamos para comentar sobre la eficiencia energética doméstica al hilo de dos enlaces que os compartimos.

De la misma manera que solemos tener en cuenta el consumo de un vehículo cuando nos planteamos su aquisición, y puede incluso hacer que nos decidamos por uno u otro modelo, o versiones de gasolina o diesel, igual deberíamos hacer con los dispositivos que conectamos a ese gran depósito de combustible que es la red eléctrica de nuestros hogares.

Dos son fundamentalmente los tipos de dispositivos que hacen dar vueltas a nuestros contadores eléctricos: dispositivos de iluminación, y electrodomésticos. 

- En el primer grupo, tras la retirada progresiva de la comercialización de las bombillas incandescentes, podemos elegir entre bombillas de bajo consumo, fluorescentes tradicionales, o las cada vez más usadas bombillas LED, que ya están reemplazando alumbrado tradicional en ubicaciones donde están mucho tiempo encendidas, como en alumbrado público o en ámbitos industriales, por su alta duración, y bajo consumo. Al igual que en el caso de los vehículos, deberíamos calcular el tiempo que estarán encendidas, y su precio, para ver cuál nos puede convenir más. Os dejo el enlace con indicaciones al respecto: 


- En el segundo grupo, quizás al que más acostumbrados estemos a fijarnos en su consumo mediante la etiqueta energética, están los electrodomésticos. Como en el caso anterior, se trata de echar cuentas para ayudarnos a seleccionar nuestra nueva adquisición. Recientemente ha habido algún cambio en la normativa de forma que os dejo el enlace para que podáis comprobar cómo queda actualmente:


En resumen, un bajo consumo energético, como en el caso del automóvil, nos va a hacer más barato su uso, pero normalmente a cambio de un precio de adquisición mayor, debido a sus mejores prestaciones. No viene mal que hagamos unas cuentas y tengamos en cuenta cuánto vamos a consumir, y más en un momento en que se supone que el precio de la electricidad está de subida, y la capacidad adquisitiva de los hogares está de bajada. 

Además que energía que no consumamos, es energía que no hay que generar, y eso que nos ahorramos todos.

domingo, 17 de marzo de 2013

Cultura (científica) básica para entender el mundo de hoy

Os comparto este vídeo, correspondiente a una de las charlas de ayer mismo en el acto de TEDx Murcia, impartida por un doctor en química de la universidad de aquella región, que me ha llamado la atención por dos razones. 

Por una parte, y es a lo que se dedica la mayor parte de los 19 minutos de intervención, desmonta las supuestas propidades de muchos productos alimentarios funcionales, publicitados a través de un resquicio en la legislación recientemente aprobada, de forma que se pueden atribuir propiedades a un producto añadiendo un ingrediente a su composición que si tenga ese efecto, aunque aparezca en una cantidad mínima, y por tanto sea un componente minoritario.

Y por otra parte, ampliando y viendo el asunto con más perspectiva, hace una defensa de la cultura científica de los ciudadanos para detectar estos asuntos, e incluso mejorar el funcionamiento democrático de nuestra sociedad. Evidentemente, que se podría ampliar esa cultura científica, a una histórica, filosófica, o matemática, si vemos el asunto aun con más perspectiva.

Si más, os dejo con el video de la presentación:

Todo esto que el autor llama marketing pseudocientífico queda incluso mejor explicado y detallado en la entrada de su blog que pude leer hace la pasada semana ilustrado con ejemplos:

http://scientiablog.com/2013/03/05/marketing-torticero-el-escandalo-de-las-ensaladas/

En definitiva se trata de poner en valor una cultura científica y técnica mínima, necesaria para entender este mundo de hoy, que tanta falta parece que hace, asunto con el que aquí colaboramos aportando nuestro pequeño y humilde granito de arena :)

sábado, 9 de marzo de 2013

10 años no son nada o una más de efecto Streisand

Publicábamos hace ya unos meses otra entrada en que comentábamos sobre este curioso fenómeno llamado efecto Streisand. Haciendo un resumen rápido, en 2.003 esta actriz y cantante quiso que se retirara esta fotografía aérea de su mansión en la costa de California de un portal de internet. El resultado fue que la noticia tuvo tanta repercusión, que una fotografía que hasta ese momento había pasado inadvertida, se multiplicó por toda internet, y no solo no consiguió su objetivo, sino que consiguió el efecto contrario, colaborando de forma activa en su difusión.

Me acordaba de nuevo de este fenómeno mientras leía la siguiente noticia relativa a la posibilidad de censurar información sensible de servicios de mapas en internet:


Si leéis la noticia con cierto detenimiento, especialmente la parte donde se comenta que ya en otras ocasiones se han censurado localizaciones, podéis ver que aparece un listado de los sitios censurados, y probablemente un porcentaje interesante de los que hemos leído el artículo, hemos pinchado en los enlaces para ver qué localizaciones son esas.

Es decir, localizaciones como una finca en El Ejido, o una instalación abandonada en Cartagena, con una visibilidad bastante limitada, pasan a estar listadas como localizaciones censuradas por el gobierno español, y cualquiera que lea esa noticia puede pinchar sobre ellas, y tener su localización exacta. Un efecto Streissand de libro, por el que una acción para mantener algo en secreto, consigue el efecto contrario.

El debate sobre si puede haber motivos para censurar localizaciones sensibles en los mapas por satélite es otro, pero evidentemente se pueden plantear formas de camuflaje o de ocultación más refinadas que no acaben en un listado al que cualquiera pueda acceder.

Y es que diez años después, y a pesar de todo, seguimos sin entender internet.

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